El Bodegón del Club Social Alvear. Pasillo al fondo

Publicado por

Un Pasillo Que Conduce a un Tesoro: El Bodegón del Club Social Alvear

Club Social General Alvear
Número  para reservar 1122606356
Lunes a Viernes de 12:30 a 15:00 mediodía.
Lunes a Sábados de 20:30 a 23:00 noche.
Silvio L Ruggieri 2736 PASILLO AL FONDO.

Para descubrir este bodegón, primero hay que atravesar un pasillo largo que, si se recorre con hambre, puede parecer interminable. Sin embargo, la recompensa al final del trayecto vale cada paso. Este rincón escondido, oculto detrás de un edificio que ocupa el terreno que alguna vez perteneció al Club Social General Alvear, guarda sabores auténticos y caseros.

La Tradición Detrás de la Discreción

No es tarea fácil encontrar este lugar si uno no va con el dato preciso. La fachada discreta y la ubicación oculta hacen que este bodegón sea un verdadero tesoro gastronómico, solo accesible para los conocedores. Pero quienes tienen la suerte de dar con él se encuentran con un ambiente ameno, cálido, con una historia de más de 120 años de tradición del club que solía estar en ese sitio.

Delicias del Menú

La estrella del menú es el revuelto gramajo, que rompe la regla de la papa bien finita, pero cuya falta se perdona rápidamente por su gran sabor. Además, la milanesa de nalga recibe un halago unánime: es comida hecha como en casa. Un bodegón que transporta a sus comensales a la calidez de las comilonas en familia.

El Origen y la Evolución del Bodegón

Sobre la calle Ruggeri, en medio de uno de los barrios más coquetos de la Ciudad, se encuentra el Bodegón del Club Social Alvear. Hace más de 120 años, este lugar fue la sede del Club Social Alvear, un espacio emblemático que, tras vender parte de su predio, conservó solo el bar y algunos de sus salones: «Vendieron parte del predio, quedó el bar y unos salones donde hoy se hace danza», explica Sandra Sandoval, quien está al frente del bodegón.

En diciembre de 2010, Sandra tomó la concesión del restaurante, aunque no tenía experiencia en la cocina, pero sí una sólida formación contable en gastronomía. “El primer cocinero nos guió. Con mi ex socia hacíamos todo: las cuentas, las compras y atendíamos las mesas”, recuerda.

El Ambiente del Bodegón

El salón del Club Social Alvear se llena por las noches. Aunque siempre funcionó más como restaurante que como buffet de club, algunos concesionarios anteriores también lo manejaron como restaurante. Antes de la pandemia, se abrió como cafetería para los padres que llevaban a sus hijos a clases de danza.

Hoy el bodegón atrae a todo tipo de público: vecinos de la zona y mucha gente del Hospital Fernández, que se encuentra a pocas cuadras, que acuden durante sus guardias. Trabajan con reservas porque el salón es pequeño, pero al mediodía no es necesario.

La Clientela Fiel y el Equipo Dedicado

La dueña de casa supo formar un equipo sólido. Guillermo está detrás de los fuegos desde hace 12 años y Dany, el mozo, comenzó a los 17 años y hoy, con 26, sigue en el equipo. Los clientes la llaman «la tía Sandra» y son fieles: «esa mesa de allá viene todos los días, esos tres vienen dos veces por semana, y esos otros cuatro o cinco veces», señala orgullosa.

Entre los comensales habituales hay dos parejas de unos 70 años que asisten cuatro o cinco veces por semana. “Todo lo que te sirven sabe a lo que cocina tu abuela, es comida casera bien hecha”, dicen. “La tortilla es lo mejor y los precios son absurdos”, suman. “Aunque la carta es pequeña, los platos son ricos y económicos, y la atención es espectacular, con Dany más como un amigo que como un mozo”, cierran.

Los Platos Destacados

“Nuestros platos son bien caseros, nada está preelaborado”. Un claro ejemplo de esta premisa es que la tortilla se prepara en el momento, lo que lleva una demora de 20 a 25 minutos, pero la espera vale la pena. Es abundante, la sirven bien babé y con el agregado de queso fresco. Una gran elección para comenzar la velada.

“Nuestro fuerte son el revuelto gramajo, la tortilla, la milanesa fugazzeta y la milanesa Alvear”, señala Sandra. El gramajo lo sirven con papas bastón, que para los puristas puede ser una falta pero al probarlo, no importa la técnica si no que el sabor manda. También ayuda la cantidad de jamón que trae, bien abundante.

La mila Alvear trae jamón, queso, cebolla, morrón, huevo frito y papas fritas, una combinación suculenta pensada para uno que coma mucho o para dos que coman normal. Solo basta con quedarse un rato observando el movimiento de los mozos para entender que es uno de los platos que más sale.

También sirven otras variantes de milanesas: napolitana, primavera, común y fugazzeta. Vienen con guarnición, siempre asegurando una comida completa y satisfactoria.

Opciones Adicionales y Postres

Sandra también pensó opciones ideales para quienes buscan algo más tradicional. “Los fines de semana, ampliamos la oferta con carnes a la plancha y asado banderita con chorizo”.

“Al mediodía siempre ofrecemos un plato del día, que puede ser pollo a la mostaza, albóndigas con puré o brochette”, entre otras opciones que varían para brindar siempre algo fresco y delicioso. Siempre con precios económicos: dos personas pueden comer por aproximadamente 16.000 pesos si comparten una tortilla, una milanesa grande y un postre, más las bebidas.

Entre los postres, el flan y el tiramisú son las estrellas, perfectos para cerrar la comida con un toque dulce con sabor a infancia.

Información Útil

  • Dirección: C. Silvio L. Ruggeri 2736, Palermo.
  • Horario: Lunes a viernes de 12:30 a 15:30 y de 20:30 a 23 hs. Sábado 20:30 a 23 hs.

Voces de los Parroquianos: Amantes del Bodegón del Club Social Alvear

Roberto y María, vecinos del barrio: “Nos encanta venir a este bodegón. Todo lo que te sirven sabe a lo que cocina tu abuela, es comida casera bien hecha. La tortilla es nuestra favorita, siempre la pedimos. Y los precios son absurdos, en el buen sentido. Es un lugar que te hace sentir como en casa”.

Don Carlos, cliente fiel: “Vengo al Club Social Alvear desde que era joven. Ahora, con 70 años, sigo disfrutando de sus platos varias veces por semana. El revuelto gramajo es único, y la atención de Dany es espectacular. Es más que un mozo, es como un amigo. Este lugar es parte de mi vida”.

Paola y Ernesto, asiduos comensales: “Nosotros venimos aquí dos veces por semana, sin falta. La milanesa Alvear es nuestra debilidad, y la manera en que la preparan es insuperable. Además, la atmósfera es tan cálida y acogedora que siempre nos sentimos bienvenidos. Sandra y su equipo realmente saben cómo hacer que los clientes se sientan especiales”.

Raúl Ascar, visitante de Entre Ríos: “Cada vez que viajo a la Ciudad, no me pierdo la oportunidad de comer en el Club Social Alvear. Mis favoritos son la tortilla y la milanesa. Es un lugar que mantiene las tradiciones y el sabor de la comida casera. Vale la pena el viaje solo por probar sus platos”.

Luis y Marta, parejas regulares: “Estamos aquí casi todos los días. La atención es excepcional y los platos son siempre deliciosos. Aunque la carta es pequeña, todo lo que hemos probado es rico y económico. Es un lugar donde uno siempre quiere volver. Y la gente del barrio, como nosotros, lo aprecia muchísimo”.