Monumento a Sarmiento.
Obra del escultor francés August Rodin, la pieza fue realizada en Francia. La parte inferior de mármol de Carrara representa la figura de Apolo Vencedor, dios de las artes y las letras, quien simboliza el triunfo del saber sobre la ignorancia.
Un 25 de mayo de 1900 – En el parque 3 de Febrero del barrio de Palermo se inauguró el monumento a Domingo Faustino Sarmiento, cuya obra estuvo a cargo del escultor francés August Rodin y fue llevada a cabo en Francia. Es una figura de bronce en la que el personaje está envuelto en una capa, en actitud de avanzar.
La alegoría es una clara alusión al trabajo realizado por el Presidente Sarmiento en favor de la educación y la lucha contra el analfabetismo en el país. Finalmente en la parte superior, realizada en bronce, se encuentra la figura de pie de Sarmiento.
Frente a él el Monumento a Juan Manuel de Rosas.
“El monumento generó descontento popular debido a la falta de parecido del rostro de Sarmiento. El día de la inauguración estaba organizado como un verdadero festejo, incluyó la iluminación de la parte céntrica de la ciudad y de la Casa de Gobierno. Todas las celebraciones se vieron empañadas por el comentario generalizado de los asistentes al acto, cuando el monumento fue descubierto, la exclamación fue generalizada: ‘¡Ese no es Sarmiento’”.
El autor del monumento a Domingo Faustino Sarmiento es Augusto Rodin, quién revolucionó el arte escultórico a fines del siglo XIX. Rodin expresaba: “para mí la escultura moderna no debe ser una imitación de la fotografía. El artista no solamente tiene que trabajar con su mano, sino, sobre todo, con su inteligencia”.
El monumento a Domingo Faustino Sarmiento fue inaugurado el 25 de mayo de 1900 y se lo emplazó en el Parque 3 de Febrero (Palermo). Es una figura de bronce, en la que el personaje está envuelto en una capa, en actitud de avanzar. Se apoya en un basamento en cuyo frente vemos un relieve de Apolo y una serpiente; mientras en la parte posterior se encuentra el escudo nacional. ¿Cuál es el simbolismo que se desprende de estas figuras y cómo se relacionan con Sarmiento? Apolo es una de las divinidades olímpicas, parte del ciclo o la era de Zeus, y representa la luz. Esta a su vez simboliza el pensamiento; recordemos al respecto que el siglo XVIII es denominado El Siglo de las Luces y su filosofía dominante, el iluminismo o la Ilustración, se encuentra en la génesis de la Revolución Francesa de 1789 y en la prolongación de la época burguesa al Río de la Plata con la Revolución de Mayo. La luz, el pensamiento, la razón; en oposición a la religión y el clericalismo. ¿Y a la serpiente, qué? Pensamos que esta serpiente no tiene el valor que le asigna el cristianismo como responsable del pecado y del mal; sino que simboliza la sabiduría, ya que la serpiente es por excelencia el símbolo del saber. Seguramente se trata de Pitón, la serpiente que mató Apolo, asumiendo a través de la pitonisa sus funciones oraculares o sapienciales. Por consiguiente, tanto Apolo como la serpiente nos remiten al conocimiento, al pensar, a la razón. Y Sarmiento fue un pensador, un intelectual.
Sarmiento como intelectual, polémico es su monumento, no menos polémico es el lugar donde se lo emplazó: en las que fueron las mismísimas puertas de la Casa de Juan Manuel de Rosas en Palermo.
Sarmiento fue uno de los más acérrimos rivales de Rosas cuando éste se desempeñó como gobernador de la Provincia de Buenos Aires; una de las obras de Sarmiento es “Facundo. Civilización y Barbarie” donde la figura de Facundo se convierte en el pretexto para atacar al gobierno de Juan Manuel de Rosas. Lo que en Facundo era instintivo y emocional, en Rosas se convertía en un frío cálculo racional.
Los hombres de la Organización Nacional, asentaron la derrota de Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros en 1852 y como queriendo borrar el recuerdo de este gobernador, Palermo se convirtió en el Parque 3 de Febrero (día de la batalla de Caseros); posteriormente la Casa de Rosas fue dinamitada y desapareció del paisaje urbano.
Y poco después como reforzando estas operaciones simbólicas se implanta el monumento de Domingo Faustino Sarmiento allí donde se levantaba la célebre casa del Restaurador de las Leyes.
Finalmente digamos –que con el paso de décadas de historia, con sus luchas y avatares–, hoy en diagonal a la obra de Rodin, está emplazado el monumento a Juan Manuel de Rosas, como una ironía de la historia, para quien fuera su más enconado rival.
El 15 de febrero se realizó el acto en conmemoración al 211 aniversario del natalicio de Domingo Faustino Sarmiento (1811- 1888).
Las escuelas de la Ciudad relacionadas con la vida y obra de Sarmiento son: Escuela para Niños/as, Jóvenes y Adultos con Discapacidad Mental N.º 2 “Domingo Faustino Sarmiento”, Escuela Técnica N.º 8 D.E. 13 “Paula Albarracín de Sarmiento”, Escuela Primaria N.º 2 D.E. 1 “Domingo Faustino Sarmiento”, Colegio N.º 2 D.E. 1 “Domingo Faustino Sarmiento”, E.N.S. N.º 9 “Domingo Faustino Sarmiento”, Escuela Primaria N.º 25 D.E. 6 “Paula Albarracín de Sarmiento”, Liceo N.º 7 DE 1 “Domingo Faustino Sarmiento”, Instituto Sarmiento, Escuela Modelo “Domingo F. Sarmiento”, Escuela Primaria N.º 8 D.E. 7 “Provincia de San Juan”, Escuela Primaria N.º 9 D.E. 15 “Dominguito” y Jardín Maternal N.º 01 DE 14 “Paula Albarracín”.
El acto se realizó en un sitio especialmente significativo: al pie del monumento del Prócer ubicado en la Plaza Sicilia en la intersección de la Av. Del Libertador y Av. Sarmiento, dentro del Parque tres de febrero. El monumento a Sarmiento es de autoría del escultor francés Auguste Rodin y fue inaugurado en el marco de los festejos del 25 de mayo de 1900.
Himno a Sarmiento (Leopoldo Corretjer)
Fue la lucha tu vida y tu elemento,
la fatiga, tu descanso y calma.
La niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber le diste el alma.
Fue la lucha tu vida y tu elemento,
la fatiga, tu descanso y calma.
La niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber le diste el alma.
Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razón, en la noche de ignorancia.
Por ver grande a tu Patria, tú luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.
En su pecho, la niñez de amor un templo
te ha levantado, y en él sigues viviendo.
Y al latir su corazón va repitiendo:
¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud, y gratitud!
¡Gloria y loor!
¡Honra sin par para el grande entre los grandes,
Padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor!
¡Honra sin par para el grande entre los grandes,
Padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!