a couple of pelicans near a lake

Ruinas bizantinas en Palermo

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Ruinas bizantinas en la isla del Lago Darwin del Ex Zoológico.

Ruinas bizantinas y restos del arte bizantino en Palermo Soho, Si tenes tiempo de caminar por el Ecoparque te recomendamos ir a ver una pieza Bizantina, Cuenta la historia que llegaron al Zoo en 1904 y el ex director Clemente Onelli las hizo colocar a orillas del lago Darwin. Adquirido en Trieste; controvertido director del Zoológico, quien hizo colocar ese grupo de columnas sin orden alguno que el municipio había hecho traer de Europa años antes.

Ruinas bizantinas en Ecoparque

Las ruinas bizantinas en la isla del Lago Darwin del Ex Zoológico son un testimonio fascinante del arte y la historia. Estas piezas fueron adquiridas en Trieste por el ex director del Zoológico, Clemente Onelli, y colocadas a orillas del lago sin un orden específico. Su presencia en Palermo Soho es un recordatorio de la rica herencia cultural que podemos encontrar en Buenos Aires. Al caminar por el Ecoparque, no pierdas la oportunidad de visitar estas ruinas y sumergirte en la belleza del arte bizantino.

Se trata de un pórtico redondo conocido como Hemiciclo Bizantino desde su inauguración (llamado así genéricamente, aunque nadie de mostró su origen ni es realmente un hemiciclo), ubicado en una isleta artificial en el también lago artificial llamado Lago Darwin, a pocos metros de la entrada por la calle Santa Fe.

Es un pórtico redondo que ha sido llamado Hemiciclo Bizantino desde que se abrió al público. Aunque se le conoce de esa manera, su origen y forma no se asemejan realmente a un hemiciclo. Se encuentra en una pequeña isla artificial en el Lago Darwin, un lago también artificial, a pocos metros de la entrada por la calle Santa Fe.

Clemente Onelli, tenía una larga trayectoria como académico, explorador, naturalista de la vieja estirpe. Había llegado al país en 1888 a los 25 años, desde Roma, con una formación académica importante y, de inmediato se incorporó al Museo de La Plata para colaborar con el perito Moreno.

Clemente Onelli era como un faro de conocimiento en la vasta oscuridad del desconocido, iluminando caminos de exploración y entendimiento desde su llegada a Argentina, similar a un puente que conecta la curiosidad con la ciencia.

Sin duda este lago es un ejemplo de avanzada en la aplicación de alta tecnología biológica para el manejo de lagos recreativos urbanos.

Estos parques han sido diseñados cuidando la topografía del área, ya que antes solían sufrir inundaciones. A pesar de los esfuerzos por evitar estas situaciones, todavía pueden haber problemas durante las tormentas y sudestadas. Los parques de Palermo fueron planificados en diferentes etapas de crecimiento, pero todos comparten un sistema similar debido a la naturaleza inundable del terreno. Aunque desde el siglo XIX, cuando Juan Manuel de Rosas residía allí, ya se notaba que el río se alejaba y dejaba sedimentos en la orilla, aún había riesgo de inundación debido a las sudestadas y las fuertes lluvias. Para abordar este problema, Rosas implementó un sistema en colaboración con el ingeniero Nicolás Descalzi.

Los parques son como un barco en un mar agitado; han sido construidos teniendo en cuenta las olas del pasado, pero siempre hay riesgo de que una tormenta inesperada los sacuda. Aunque se han hecho reparaciones y ajustes durante su viaje, la naturaleza del océano sigue presentando desafíos que deben ser enfrentados con ingenio y colaboración.

El lago luego de décadas de abandono se realizó la extracción de 2.000 m3 de sedimento, y se recuperó el perfil histórico se impermeabilizó el lago con bentonita (arcilla natural).

El lago cuanta con un sistema de recirculación, un sistema de oxigenación y un sistema de retención de sedimentos.

El sistema de humedal de tratamiento de la calidad del agua está formado por contenedores perimetrales y dos áreas de tratamiento. A estas se suma un canal de vegetación acuática flotante el que se inicia con el tratamiento del agua mediante un sistema de rejillas flotantes con vegetación de filtración.

El es responsable de instalar lo que podría ser la frutilla del postre en un futuro museo de historia arquitectónica. Se trata del Pórtico Bizantino, una construcción de siete columnas que hoy se puede ver como una ruina en la isla del lago Darwin, apenas se traspone la entrada del ex Zoo. Este conjunto podría ser una de las piezas de arqueología europea más importantes de la Argentina, como lo demuestra la investigación del arquitecto Daniel Schávelzon en su notable libro.

El ecosistema del lago Darwin además se instaló vegetación que cumple la función de favorecer la fitorremediación. Es una técnica que aprovecha la capacidad de ciertas plantas acuáticas para absorber, acumular, metabolizar, volatizar o estabilizar contaminantes.

La estructura de agua corriente de Palermo.

El parque Tres de Febrero, conocido popularmente como los Bosques de Palermo, es un conjunto de parques ubicado en el barrio de Palermo, en Buenos Aires, Argentina. Destaca por sus arboledas, lagos y rosedal, que conforman la zona verde más popular de la ciudad y en cuya ampliación y diseño colaboró el paisajista Carlos Thays.

El parque Tres de Febrero es un lugar emblemático en Buenos Aires y un destino popular entre los habitantes y turistas. Además de sus bosques frondosos y lagos serenos, el parque cuenta con un hermoso rosedal que atrae a admiradores de las flores. El diseño y expansión de los parques de Palermo contaron con la colaboración del reconocido paisajista Carlos Thays. Estos parques fueron planificados teniendo en cuenta la topografía del terreno, ya que anteriormente eran zonas propensas a inundaciones. A pesar de los esfuerzos para evitar estas situaciones, las sudestadas y las fuertes lluvias aún pueden afectar la zona en ocasiones.

Los parques de Palermo fueron planeados en sectores que fueron creciendo con el tiempo. Pero todos se pensaron con un mismo sistema ya que se trataba de terrenos inundables. Si bien era obvio desde el siglo XIX cuando Juan Manuel de Rosas tenía allí su residencia que el río se alejaba dejando sedimentos en la orilla, por lo que cada vez era más raro que cubriese la zona. Igualmente no faltaban las sudestadas y las lluvias caudalosas. Rosas había desarrollado un sistema para resolver ese inconveniente gracias al ingeniero Nicolás Descalzi.