Las Cañitas y los Bosques de Palermo son dos de los barrios más emblemáticos de la Ciudad de Buenos Aires. El primero, ubicado en el barrio de Palermo Soho, es un barrio bohemio y cosmopolita, conocido por su vida nocturna, sus restaurantes y sus tiendas de diseño. El segundo, ubicado en el corazón de Palermo, es un gran parque urbano que ofrece a sus visitantes una amplia variedad de actividades, desde caminatas y picnics hasta paseos en bote y visitas al Jardín Botánico.
Un viaje de Las Cañitas a los Bosques de Palermo es un viaje de contrastes. El primero, con sus edificios modernos y sus calles llenas de vida, es un reflejo de la modernidad de la ciudad. El segundo, con su naturaleza exuberante y su tranquilidad, es un oasis de paz en medio del bullicio urbano.
El viaje comienza en la calle Huergo, en el corazón de Las Cañitas. La calle, llena de bares y restaurantes, es un lugar ideal para comenzar la noche. Después de una cena o una copa, los visitantes pueden tomar la avenida Figueroa Alcorta, una de las avenidas más importantes de la ciudad.
A medida que se avanza por la avenida, el paisaje comienza a cambiar. Los edificios se vuelven más altos y los árboles más frondosos. Finalmente, se llega a la avenida del Libertador, que bordea los Bosques de Palermo.
Los Bosques de Palermo son un gran pulmón verde de la ciudad. El parque cuenta con más de 80 hectáreas de extensión y alberga una amplia variedad de especies de árboles, plantas y animales. Los visitantes pueden recorrer el parque a pie, en bicicleta o en bote.
Una de las actividades más populares en los Bosques de Palermo es el paseo en bote por el lago. Los botes se pueden alquilar en el embarcadero ubicado en la avenida Infanta Isabel.
Otra actividad popular es visitar el Jardín Botánico. El jardín, ubicado en el corazón del parque, cuenta con una colección de más de 5.000 especies de plantas de todo el mundo.
Los Bosques de Palermo son un lugar ideal para relajarse y disfrutar de la naturaleza. El parque es un espacio de encuentro para personas de todas las edades y procedencias.
Un viaje de contrastes que vale la pena