La sala «El Método Kairós» conmemorará sus cuatro años de actividad

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La sala El Método Kairós, ubicado en el barrio de Palermo, El Salvador 4530. El espacio, que a fines de 2016 debió suspender su proyecto por unos meses debido a que una pared lindera cayó sobre su techo provocando serios daños, logró recuperarse con la ayuda de muchos artistas y espectadores. En poco tiempo sus creadores – Santiago Meiriño, Matías Puricelli, Francisco Ruiz Barlett y Gastón Segalini- rearmaron la programación y hasta delinearon nuevas líneas de trabajo. Es así que este año decidieron dar forma a una programación de verano. «En 2017 – cuenta Puricelli- el crecimiento fue exponencial. Todo el suceso de la pared, además de problemas nos dio oportunidades. Por ejemplo, una visibilidad más masiva con la que no contábamos. Muchas compañías quisieron acompañarnos en la reapertura y confiaron en que iba a ser un lindo impulso: nuestra ‘Reconstrucción’. Y así fue, porque aún en un año tan difícil como el pasado, tuvimos la fortuna de, con mucho esfuerzo mancomunado, tener las dos salas con alto porcentaje de convocatoria».

Si bien el proyecto original incluía hacer funciones en esta época del año, diversas circunstancias no lo hicieron posible «Siempre la temporada de verano fue para nosotros un desafío – explica Puricelli-. El primer año nos costó asentarnos, el segundo alquilamos el taller mecánico de al lado y construimos la sala 2 y eso no nos permitió dedicarle energía a la programación, el tercero tuvimos la desgracia de la pared que cayó y estuvimos cerrados hasta abril y este, logramos con esfuerzo de gestión y con la confianza de muchos grupos, tener una programación basta, de calidad y variada, que para nosotros va a ser una gran apuesta». La temporada abrirá mañana con una obra «a la gorra», Las damas mueren de té, de Cristian Miguel. A partir de febrero la nómina de estrenos y reposiciones se realizará en el siguiente orden: La llave, libro y dirección de Guido Granati (miércoles, a las 21); Dos hermanas, de Patricia Liguori, con puesta de Sergio D’Angelo (jueves, a las 21); Nadie es tan rubia, de Guillermo Defilippo, dirigida por Zaida Mazzitelli (jueves, a las 21); La forma de las cosas, de Neil Labute, con dirección de Sebastián Bauzá (viernes, a las 20.30); República de Einstein, de Lionel Arostegui (viernes, a las 23.30); Flores contadas, de Sandra Franzen, dirigida por Graciela Pereyra (viernes, a las 21); Flores de Taji, autoría y dirección de Sol Bonelli (viernes, a las 23); Las destructoras, de Alfredo Megna, dirigida por Matías Strafe (sábados, a las 21). Etiqueta azul, de Patricia Liguori, con dirección de Joaquín Bonet que se representó en Elkafka, se ofrecerá los sábados, a las 21. Dos textos de Eduardo Rovner ocuparán el espacio los sábados, a las 23.15, y los domingos, a las 20.30. Se trata de La mosca blanca, dirección de Gaby Fiorito; y Compañía, por Roberto Lachivita.

A estas actividades se sumará, Noche de paz, creada y dirigida por Maximiliano Prioriello (sábados, a las 23) y dos experiencias de teatro para bebés, conducidas respectivamente por Eugenia Palioff y Daniela González, Un día con vos (domingos, a las 11.30) y Sueños curiosos (domingos, a las 17).

«Todos estos títulos apuntan a públicos muy distintos -comenta Matías Puricelli-. Desde el primer día muestro objetivo fue tratar de abrir público. Generar una sinergia que permita que el espectador que vino a ver una obra para adultos, después regrese con sus hijos a ver alguna propuesta para ellos y que se vaya armando así un boca a boca que empezamos a sentir que sucede».

HISTORIA
Kairós estaba dando vueltas por el aire. Por el universo… esperando el momento indicado para bajar… para meterse adentro nuestro.
A Gasti, a Puri y a Fran los juntó el colegio. A Gasti y a Santi el trabajo. Y a los cuatro nos reunión el azar, el deseo y el salto al vacío.

Veníamos amigándonos con eso de «hacer lo que te gusta» , de buscar «lo que te gusta», de elegir «lo que te gusta» y cuando los cuatro ya estábamos saltando por el aire en esa búsqueda interminable, entonces bajó Kairós a nosotros. Y empezó.

El primer y único lugar que vimos fue El Chulo. Taller mecánico que ahora es nuestro teatro. Todas las paredes de Kairós tienen debajo las paredes de El Chulo lleno de firmas y de deseos de nuestros amigos y nuestra familia. Todas. Las del bar, las de la sala, las del camarín.

Fuimos a verlos todos por separado. Nunca lo vimos juntos hasta después de firmar el contrato de alquiler (Si. Alquilamos) Pensamos que al otro día de la firma íbamos a empezar a construirlo… pero tardamos un mes en empezar. No sabíamos que los planos podían tardar «por lo menos tres semanas». Tardaron cuatro. Algunos arquitectos nos miraron con cara (de verdad) de «están locos». No tanto.

Para resumir en una anécdota toda la construcción: habían que cavar cuatro pocitos de medio metro de profundidad para asentar las columnas… bien… no encontraban el «suelo firme» y dos de esos pocitos fueron de TRES metros y medio… tuvo que venir una excavadora GIGANTE para hacerlos. Nos temblaban las piernas. Y la billetera. La cantidad de bolsas de piedra y arena que hoy son columna… ni se imaginan.

Bien profundo tuvimos que ir. Sin metáforas y llena de ellas es nuestra historia.

Para llegar al nombre nos juntamos un sinfín de noches o tardes o mañanas… ya no lo sabemos. Solo tomamos té para inspirarnos… pero fue bajo el efecto de una cerveza… una sola… que logramos encontrarlo. Sería largo explicarlo paso a paso… pero coincidimos en un reconocido teatro off de colegiales los cuatro y la mesa que compartimos estaba frente a una placa que recordaba que en ese escenario había debutado un reconocido cantor de tango. Decidimos inventar a alguien que haya debutado en nuestra sala sin nombre y ponerle el suyo. Todo se fue desformando hasta encontrar otra forma y aquí entonces El método Kairós Teatro. Esa búsqueda constante del instante cero. De la página en blanco. Del salto al vacío. De esperar al momento oportuno para que todo suceda.

Un día antes de la apertura, y del ya mítico estreno de Varieté Brutal… la luz andaba mal… saltaban las térmicas y saltaban las térmicas y saltaban las térmicas, y eramos sinceramente algo más parecido a una cuartel de guerra que a una sala por estrenar.

Una vigilia llena de amigos se fue armando espontáneamente como si fuera la noche del preparto… porque lo era. Un electricista con dos termos de café que decía que «lo iba a sacar andando» TASCAQ que hacía su pasada general en un teatro que saltaba y saltaba y nosotros que no rezábamos porque no nos daba el cuerpo.

El 7 de marzo del 2014 la luz seguía sin andar y esa noche se abría o se abría. No queríamos ni hablar del tema. Edenor y todos los gremios que pasaban por la puerta nos decían que no sabían qué podía ser. Decidimos confiar… y aunque nadie lo crea… una hora antes… o dos… o cinco… la luz se estabilizó. Dejó de saltar como si hubiera encontrado ella también la tierra firme con nosotros y con todos los que al lado nuestro nos miraban con miedo y amor. Cómo limpiamos ese día… cómo corrimos. Cómo transpiramos.

Nos quedan a los cuatro jeans rotos, remeras llenas de pintura, algunos recovecos de Kairós llenos de arena y palabras sueltas como encofrado, hormigón armado, losetas, las vigas y las soldaduras que sostienen Kairós.

Acá estamos hoy escribiendo la historia que todavía es presente. Porque siguen hablando esas paredes. Porque cada tanto salta la luz para no olvidarnos que hay algo que late que es más grande que nosotros. Que respira. Y que los saltos al vacío no terminan nunca.


Sala Método Kairós: Derrumbe de medianera destruye un teatro de Palermo.

10 noviembre, 2016
Una construcción que se derrumbó provocó este miércoles grandes daños en un complejo teatral del barrio porteño de Palermo. Se trata del Método Kairós, donde una sala fue afectada luego de que una pared lindera se cayera.

Bueno hoy nos despertamos con una noticia inesperada y dolorosa. Una construcción lindera a Kairós, por una negligencia, derrumbó una pared sobre nuestro techo. Pared que desplomó nuestro techo y por ende nuestra sala. Imaginarán que con todo el esfuerzo y el amor que ponemos y pusimos, y todo el trabajo realizado, para nosotros fue una patada en la cara. Estamos todavía en shock y recién comenzando a entender cómo resolver la situación, con todas las aristas que esto representa. Sabemos que hay muchas compañías y elencos y eventos que trabajan en Kairós y a todos tratamos de avisarles pero en medio de este caos no estamos seguros de habernos comunicado con todos. Hay inclusive, algunas situaciones que todavía no sabemos cómo vamos a resolver. En principio permaneceremos cerrados y vamos a tratar de que algunas actividades se sostengan pero esto es minuto a minuto. Fueron y son horas difíciles pero como siempre, saldremos adelante con toda nuestra energía y amor al teatro y a Kairós. Gracias enormes a todos los que se preocuparon y a los que ofrecen su ayuda, estamos todavía organizando nuestras energías y tratando de ir para adelante. Nos vendría genial que nos den una mano y que se sumen a difundir esta situación para que todos se enteren y nos manden toda la energía que necesitamos para seguir como siempre.

Una construcción provocó que en cuestión de segundos cambiara la imagen de una sala del Método Kairós, un complejo teatral ubicado en la calle El Salvador al 5300. Fue luego de que una pared lindera cayera sobre el techo del teatro y generara grandes daños.

Una construcción provocó que en cuestión de segundos cambiara la imagen de una sala del Método Kairós, un complejo teatral ubicado en la calle El Salvador al 5300. Fue luego de que una pared lindera cayera sobre el techo del teatro y generara grandes daños.