La uva es una fruta obtenida de la vid. Las uvas vienen en racimos, son pequeñas y dulces. Se comen frescas o se utilizan para producir agraz, mosto, vino, vinagre y pisco.
Crecen agrupadas en racimos de entre 6 y 300 uvas. Pueden ser negras, moradas, amarillas, doradas, púrpura, rosadas, anaranjadas o blancas, aunque estas últimas son realmente verdes y evolutivamente proceden de las uvas rojas con la mutación de dos genes que hace que no desarrollen antocianinas, siendo estas las que dan la pigmentación.
La Polilla de la Vid llegó a Suramérica en 2008, se detectó en Chile y Argentina, y atacó por lo menos 30% del área cultivada. Desde entonces autoridades fitosanitarias y productores trabajan en estrictos programas de control y vigilancia.
Contra la Lobesia Botrana son válidas todas las formas de lucha, la más eficaz ha sido una estrategia que combina una feromona que genera confusión sexual y el uso de insecticidas.
Aunque hoy es una plaga manejable, nadie baja la guardia. El costo asociado al manejo y control de la plaga se estima en USD$ 300 a 400 por hectárea cada temporada, evitando pérdidas potenciales superiores al 40% de los cultivos. En
2011 Argentina declaró la «emergencia fitosanitaria» como medida para evitar que la Polilla de la Vid llegara hasta la Patagonia, proveniente desde Mendoza. Además de los daños directos, esta plaga genera daños indirectos relacionados con la restricción y hasta el cierre de algunos mercados, regulaciones y tratamientos cuarentenarios de cultivos.
El SENASA comenzó a exigir la declaración jurada de todo el stock de la producción de uva en fresco a partir de este lunes 22
El organismo que se encarga de las políticas sanitarias implementó nuevos controles en la producción de uva en fresco, para evitar la propagación de la lobesia botrana. Se les exigirá a los productores que declaren todo su stock, además del DTV.
El SENASA comenzó a exigir la declaración jurada de todo el stock de la producción de uva en fresco a partir de este lunes 22, como una medida para evitar la dispersión de la llamada ‘Polilla de la Vid’, una plaga de importancia cuarentenaria para el país, ya que se encuentra bajo control oficial. La lobesia botrana produce daños directos, provocando pérdidas en los volúmenes de producción, menor rendimiento por planta, y afecta además la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación, según explicaron desde SENASA.“En uva para vinificar, los residuos que dejan estos hongos transmiten mal olor y sabor a los vinos (daños indirectos). Además la uva de mesa con destino a exportación debe dar cumplimiento con tratamientos cuarentenarios internacionalmente aceptados que elevan el costo de producción”, agregaron desde el organismo. Dentro de la producción de uva en fresco, el Mercado Central de Buenos Aires es uno de principales destinos para los productores. Según datos de 2017 del Instituto Nacional de Vitivinicultura, apenas el 0,3 por ciento de la producción nacional de uvas se destina a fresco. Entre los cambios que se implementan, SENASA exigirá la declaración jurada de stock de la producción de uva en fresco que los productores movilizarán durante toda la temporada, además del Documento de Tránsito Vegetal. Aquellos inscriptos en el Sistema de Medidas Integradas de uva en fresco que comercializan su producción fuera de las regiones Patagonia, Cuyo y NorOeste, están exentos de cumplir con esta declaración.
¿Qué es la Polilla del Racimo de la Vid o Lobesia Botrana?
Es una mariposa o polilla (lepidóptero) de la familia Tortrícide, cuyas larvas viven en los racimos, uniendo con hilos de seda los botones florales y formando capullos en las hojas o en las cortezas. La polilla se alimenta principalmente de la Vid transformándose en una plaga clave en todos los lugares donde se cultiva vid.
Según las condiciones climáticas puede tener de dos a cuatro generaciones al año; al igual que otras polillas, es de hábitos crepusculares. En las regiones en que está presente la plaga, la primera generación de la temporada ataca a los grupos de flores (inflorescencias). Las posteriores generaciones, que según la zona pueden ser dos o tres más, provocan daños en las uvas en formación o granos.
En Sudamérica fue una plaga ausente hasta abril de 2008, cuando el Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG) declaró su presencia. De acuerdo con lo informado por el SAG, se encuentra distribuida principalmente en las regiones Metropolitana, O’Higgins y Maule, las cuales se corresponden latitudinalmente con las provincias de San Juan y Mendoza en Argentina.
¿Qué mecanismos de control existen para controlar la aparición de la plaga y/o erradicarla del cultivo? (Control Cultural, Mecánico y Químico)
La manera más eficiente de control es mediante la técnica de confusión sexual complementada con un programa de aplicaciones de insecticidas para cada una de las generaciones de la plaga.
En Chile, se realizan dos aplicaciones de insecticidas dirigidas a la primera generación, y una aplicación adicional para cada una de las generaciones siguientes.
Como medidas de control cultural se puede destacar la remoción de racimos que permanezcan en el lugar posterior a la cosecha. En situaciones extremas con alta infestación y como medida para la erradicación de la plaga, es posible remover la corteza suelta de las plantas (destolar) en invierno para reducir la población de pupas invernantes y complementar luego con una aplicación de insecticida dirigida al tronco y brazos de la planta.
La corteza removida no debe quedar libre y es necesario destruirla o bien incorporarla, ya que las pupas podrían quedar expuestas.