Mama Antula: Una Santa Atipica y su Filosofía

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La figura de Mama Antula, nacida como María Antonia de Paz y Figueroa, se destaca como un ejemplo fascinante y único dentro de la historia religiosa de Argentina. Su vida, marcada por la piedad, la devoción y una profunda entrega a Dios, la llevó a ser una figura clave en la difusión de la espiritualidad ignaciana en el siglo XVIII.

Nacimiento y Vida Temprana:

María Antonia nació el 12 de enero de 1730 en Santiago del Estero, Argentina. Desde pequeña, se distinguió por su profunda religiosidad y su compromiso con el servicio a los demás. A temprana edad, se unió a la Tercera Orden Franciscana, donde encontró un espacio para cultivar su fe y su vocación de servicio.

Obra y Legado:

Mama Antula dedicó su vida a la oración, la penitencia y la evangelización. Su labor más notable fue la fundación y dirección de casas de ejercicios espirituales, conocidas como «Ejercicios de San Ignacio». Estas casas se convirtieron en espacios de formación espiritual para laicos y clérigos, impulsando la difusión de la espiritualidad ignaciana en el territorio argentino.

Filosofía y Espiritualidad:

La filosofía y la espiritualidad de Mama Antula se basaban en los principios del catolicismo, con un fuerte énfasis en la espiritualidad ignaciana. Su enfoque se centraba en la oración, la penitencia, la entrega a Dios y el servicio al prójimo como pilares fundamentales para alcanzar la santidad y el crecimiento espiritual.

Canonización:

Si bien es cierto que Mama Antula no fue canonizada en 1799, su causa de beatificación se inició en la década de 1960. Finalmente, fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 27 de agosto de 2002, un paso importante en el camino hacia su eventual canonización.

Importancia y Relevancia:

La vida y obra de Mama Antula siguen siendo una fuente de inspiración para muchos. Su ejemplo de santidad, entrega y servicio al prójimo la convierte en una figura relevante dentro de la historia religiosa de Argentina, dejando un legado que continúa inspirando a las nuevas generaciones.

El papa Francisco declaró hoy oficialmente santa a María Antonia de San José de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, la primera mujer argentina de la historia en ser canonizada, y la destacó como «un modelo de fervor y audacia apostólica».

A las 9.45 locales (5.45 de la Argentina), frente a cientos de peregrinos argentinos presentes en la Basílica de San Pedro, el Papa convirtió oficialmente en santa a Mama Antula al leer en latín la elevación a los altares de «Beatam Mariam Antoniam a Sancto Ioseph de Paz y Figueroa».

«En honor de la Santa e individua Trinidad, para la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y Nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocado muchas veces la ayuda divina y escuchando el parecer de numerosos hermanos en el Episcopado, declaramos y definimos Santa la beata María Antonia de San José de Paz y Figueroa y la inscribimos en el Catálogo de los Santos, estableciendo que en toda la Iglesia sea honrada devotamente entre los santos», proclamó el Papa.

Con esa fórmula, la creadora de los ejercicios espirituales nacida en lo que entonces era la provincia de Tucumán en 1730, actualmente Santiago del Estero, y fallecida en Buenos Aires en 1799 se convirtió en la primera santa de la historia del país.

«Hoy fue canonizada María Antonia de Paz y Figueroa, una santa argentina. Un aplauso a la nueva santa», convocó luego el pontífice al rezar el tradicional Ángelus dominical desde el Palacio Apostólico ante miles de fieles que lo siguieron en la Plaza San Pedro.

Mama Antula, una mujer excepcional que desafió las normas sociales de su época, dedicó su vida a la difusión de la fe y la formación espiritual. Su legado, basado en la entrega a Dios y el servicio al prójimo, la posiciona como un ejemplo de santidad y una figura clave en la historia religiosa de Argentina.