La actividad se realiza principalmente en invierno, cuando las rosas están en su periodo de dormancia. El trabajo experto de los jardineros promueve un crecimiento saludable, una mejor floración y ayuda a prevenir enfermedades, ofreciendo a los rosedales una mejor circulación de aire y luz.
Con el comienzo de la poda de los rosales, todos los vecinos y vecinas podrán obtener a lo largo de esta semana y de la siguiente sus gajos o esquejes para poder plantarlos en sus casas y recibir asesoramiento sobre el cuidado de la planta.
La entrega de retoños tendrá lugar en el rosedal de Palermo, dentro del Parque 3 de Febrero, del 11 al 14 y del 18 al 21 de julio, de 13 a 17 horas. En el rosedal de Parque Chacabuco, los tallos se podrán recoger el martes 18, de 10 a 14 horas, y el miércoles 19, de 14 a 18. La actividad se reprograma en caso de producirse lluvias.
Los rosedales porteños son lugares naturales emblemáticos dentro del paisaje urbano y constituyen un testimonio vivo de la pasión por la jardinería en la ciudad de Buenos Aires.
Los rosedales de la Ciudad repartirán esquejes a los vecinos para que puedan tener su propia planta en casa
Con el comienzo de la poda de rosales en los parques 3 de Febrero y Chacabuco, los vecinos y vecinas podrán obtener sus gajos a lo largo de esta semana y de la siguiente acercándose en los días y horarios indicados y recibir asesoramiento acerca de los cuidados necesarios para el correcto crecimiento de la planta.
El Rosedal de Palermo es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Su historia se remonta al año 1914, cuando se decidió establecer en este emplazamiento un jardín de rosas. Bajo la supervisión del paisajista argentino Carlos Thays, el agrónomo Benito Carrasco planificó cuidadosamente el trazado de los senderos, las zonas de descanso y los jardines. El objetivo principal era crear un lugar armonioso donde se pudieran apreciar y cultivar diversas especies de rosas.
El concurrido espacio verde ha sido escenario de diversos eventos y festivales, como la Fiesta Nacional de la Flor y la Exposición de Jardines en Flor. En 2011, el área fue declarada Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura porteña y al año siguiente recibió la distinción internacional Garden Excellence Award, un reconocimiento otorgado por la Federación Mundial de las Sociedades de Rosas (WFRS). Además, cuenta con monumentos y esculturas destacadas, como el Puente Blanco, el Monumento a Delmira Agustini, el Jardín de los Poetas y el Patio Andaluz.
A lo largo de sus 3,4 hectáreas, el jardín cuenta con 93 especies distintas de rosales que florecen cada año entre los meses de septiembre y noviembre, brindando un colorido espectáculo con sus más de 18.000 flores de diferentes variedades y convirtiéndose en un lugar de paseo y recreación muy popular de la ciudad tanto para vecinos como para turistas.
Cuatro variedades para descubrir en los bosques de Palermo
La amplia variedad de especies cultivadas en el Rosedal de Palermo permite apreciar un abanico de colores, formas y fragancias mientras se recorren los senderos del emblemático jardín.
Conocida con el nombre de Graham Thomas, una variedad de color amarillo destaca entre las rosas más conocidas de origen inglés. Se trata de una especie arbustiva que crece en forma de ramillete y es poseedora de una fragancia dulce e intensa.
Entre las que adquieren el color blanco, las denominadas Iceberg, de origen alemán, destacan por su resistencia y continua floración. La llamada McCartney Rose figura entre las principales especies del jardín palermitano. Bautizada en honor al integrante de los Beatles, Paul McCartney, es cultivada por la casa de horticultura francesa Meilland, que destaca entre los principales obtentores de Rosas del mundo.
Con su tonalidad rojiza, la especie Valentina Casucci es otra de las protagonistas dentro del rosedal. Esta especie híbrida de té en la que solo nace una flor por rama resalta por su perfume con notas de anís y frutos del bosque.
La poda de esquejes de rosedales en invierno es una técnica comúnmente utilizada para propagar nuevas plantas y rejuvenecer los rosales existentes. Aquí tienes una guía básica sobre cómo realizar la poda de esquejes de rosedales en invierno:
Preparación: Asegúrate de tener las herramientas necesarias, como tijeras de podar afiladas, guantes de jardinería y hormonas de enraizamiento (opcional pero recomendado). También, elige esquejes sanos y vigorosos de unos 15-20 cm de largo.
Momento adecuado: La poda de esquejes de rosedales se realiza mejor durante el invierno, cuando las rosas están en estado de dormancia. Por lo general, es mejor hacerlo a mediados o finales del invierno, evitando los periodos de congelación.
Corte: Haz un corte limpio y oblicuo justo por encima de un brote sano y otro justo por debajo del brote. Asegúrate de usar tijeras afiladas para evitar dañar los esquejes.
Retirar las hojas: Retira todas las hojas de los esquejes, excepto las dos o tres hojas superiores. Esto ayudará a reducir la pérdida de humedad y promoverá un mejor enraizamiento.
Tratamiento con hormonas de enraizamiento: Si tienes hormonas de enraizamiento disponibles, sumerge la base de los esquejes en ellas antes de plantarlos. Esto puede estimular el enraizamiento y aumentar las posibilidades de éxito.
Plantación: Prepara una mezcla de sustrato bien drenado, como una combinación de turba y perlita. Planta los esquejes en macetas o bandejas de cultivo a una profundidad de aproximadamente 5-7 cm, dejando las hojas superiores fuera del sustrato.
Cuidado posterior: Coloca los esquejes en un lugar cálido y brillante, pero evita la luz solar directa. Mantén el sustrato ligeramente húmedo, pero no empapado, para evitar la pudrición de las raíces. Puedes cubrir los esquejes con una bolsa de plástico transparente para crear un ambiente húmedo.
Enraizamiento: Los esquejes generalmente tardan de 4 a 8 semanas en enraizarse. Puedes comprobar si han enraizado suavemente tirando de ellos ligeramente después de este período. Si encuentras resistencia, significa que han enraizado.
Trasplante: Una vez que los esquejes hayan enraizado, puedes trasplantarlos a macetas individuales o directamente al jardín en primavera. Asegúrate de proporcionarles un lugar adecuado con buena luz solar y suelo bien drenado.
Recuerda que la poda de esquejes de rosedales en invierno requiere paciencia y cuidado. No todos los esquejes enraizarán con éxito, pero con práctica y atención, puedes aumentar tus posibilidades de obtener nuevas plantas saludables.