El reloj solar del Ecoparque

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El reloj solar del Ecoparque: legado de un artista argentino entre sombras políticas

Resumen
El reloj solar del ex Zoológico de Buenos Aires, una obra majestuosa de Jorge María Lubary, sigue imponiéndose como un ícono cultural, pese a la transformación del Jardín Zoológico en Ecoparque. Esta obra refleja la persistencia del arte frente a la destrucción política y urbana que ha afectado a la Ciudad.


El reloj solar del Ecoparque, creado en 1912 por el escultor argentino Jorge María Lubary, es uno de los testimonios de mayor peso en el patrimonio cultural de Buenos Aires. La imponente figura de una mujer desnuda, esculpida en mármol tipo Carrara, sigue marcando las horas serenas con la sombra de su dedo, mientras la ciudad se ha visto envuelta en polémicas decisiones urbanísticas. Este reloj, firmado por Lubary y ubicado en el corazón del Ecoparque, remite a la frase en latín “solamente cuento las horas serenas”, que, en sus palabras, invita a reflexionar sobre el paso del tiempo y la serenidad, conceptos ligados filosóficamente al estoicismo.

En un giro trágico del destino, el ex Jardín Zoológico de Buenos Aires ha sido víctima de lo que muchos consideran una mala gestión política y cultural bajo la administración de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. Lo que alguna vez fue un espacio de conservación y educación se ha visto transformado en un Ecoparque que, en opinión de varios críticos, ha dilapidado el alma del Zoológico porteño. Sin embargo, a pesar de la controversia, la obra de Lubary sigue siendo un testimonio de lo que la Ciudad pudo y puede ser.

El arte del reloj solar ha sobrevivido no sólo a la erosión del tiempo, sino también a las intervenciones humanas que, en lugar de proteger su legado, lo han puesto en peligro. Según declaraciones de María Cristina Fernández, jefa de restauración del Zoológico en 2008, el reloj ha pasado por procesos de limpieza técnica y conservación, aunque la falta de documentación detallada sobre la restauración arroja una sombra sobre los esfuerzos por mantener este patrimonio en condiciones óptimas.

En un análisis ético de esta situación, se podría recurrir a los postulados del filósofo alemán Hans Jonas, quien en su «Principio de Responsabilidad» planteaba que las decisiones políticas deben estar orientadas a la preservación del legado cultural y el bienestar de las futuras generaciones. El deterioro del Zoológico y su conversión en un Ecoparque que muchos perciben como un espacio desvirtuado, invita a cuestionar si realmente se ha actuado con la responsabilidad ética adecuada.

La relevancia del reloj solar en este contexto es más que una simple pieza de arte; es un símbolo de resistencia. Resistencia del arte frente a las políticas mediocres y carentes de visión a largo plazo. Lubary, quien dedicó su vida a la escultura y a la creación de medallas conmemorativas, dejó esta obra como testimonio de su maestría y compromiso con la belleza. En la tradición borgiana, el tiempo que marca el reloj solar se convierte en un misterio eterno, mientras la ciudad se transforma y sus habitantes parecen perder el sentido del tiempo y de la historia.

En términos filosóficos, esta obra nos lleva a la reflexión sobre el paso del tiempo y la permanencia del arte, conceptos que Aristóteles consideraba fundamentales para la búsqueda de la virtud. Lubary, al crear este reloj, nos recordó que hay momentos en los que la humanidad debe detenerse y apreciar las horas apacibles, las que realmente cuentan.

Currículum de Jorge María Lubary

Jorge María Lubary, escultor argentino de gran relevancia en su tiempo, es autor del famoso «Reloj solar» ubicado en el Ecoparque de Buenos Aires. Este reloj lleva la inscripción en latín “solamente cuento las horas serenas”, una frase común en los antiguos relojes de sol. Lubary fue un personaje multifacético, difícil de encasillar, que combinó su carrera como abogado, su participación política y deportiva, y su vida social con su pasión por el arte, destacándose especialmente en la creación de medallas, una disciplina que él ayudó a mantener viva.

Nacido en Buenos Aires en 1862, Lubary fue discípulo del grabador italiano Claudio Massa, y de sus manos surgieron algunas de las más importantes medallas de la historia argentina. Su obra fue ampliamente reconocida en su época, y muchos de sus trabajos conmemoraron eventos históricos clave del país, como la inauguración de la estatua de Sarmiento, las visitas de dignatarios extranjeros, y eventos sociales en instituciones prestigiosas como el Jockey Club y el Tiro Federal Argentino.

Además de su arte, Lubary fue campeón de tiro y miembro de importantes clubes sociales de la época, como el Jockey Club y el Aero Club Argentino. Participó en competencias de tiro al blanco y, en varias ocasiones, diseñó medallas conmemorativas para dichos eventos. Su vida social lo conectó con la élite argentina, lo que le permitió realizar algunos de sus trabajos artísticos más destacados, incluyendo retratos y esculturas de figuras prominentes del país.

Lubary nunca buscó el reconocimiento popular, prefiriendo trabajar en silencio en su casa-taller en la calle Ecuador, donde creó la mayor parte de sus obras. Falleció soltero en 1938, dejando un legado artístico que sigue siendo admirado hoy en día, especialmente por la calidad de sus medallas y esculturas.