Su cierre, que comenzó el 14 de enero, fue necesario para hacer tareas de repavimentación. Después de varios años de desidia, pozos mano al centro y mal manejo del tránsito, con ruidos no resuetos para los vecinos del barrio
pavimentaron y volvieron a abrir el último tramo que conecta Av. Santa Fe con Av Cabildo.
La obra consistió en el reemplazo de la carpeta asfáltica por una de hormigón, que es más resistente, tiene mayor vida útil y requiere una inversión mucho menor en mantenimiento. El cambio era imprescindible, porque el asfalto no resistía las exigencias del tránsito que circula por el viaducto, por donde pasa el Metrobus. Esto provocó baches, desplazamientos de material y deformaciones.
El cierre de la mano hacia el centro obligaba a desviarse, porque permanecía cortada la avenida Santa Fe, entre Dorrego y Arévalo, y entre Ravignani y Carranza. Además de los automovilistas, estaban afectadas ocho líneas de colectivo (41, 57, 97, 60, 68, 152, 161 y 194).