Cañitas ha sabido reinventarse, consolidándose como un barrio residencial de lujo.

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Las Cañitas: Un Mundo Dentro del Mundo Palermo

Las Cañitas es una denominación informal y no oficial que se ha ganado su lugar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se trata de un sector compuesto por unas 20 manzanas ubicado dentro del famoso barrio de Palermo. Este rincón, aunque pequeño, es de gran relevancia para quienes lo conocen, y se ha convertido en un enclave importante, tanto histórica como culturalmente.

El origen del nombre Las Cañitas remonta a los tiempos en que la zona estaba dominada por una quinta del mismo nombre. Esta quinta estaba situada entre lo que hoy conocemos como Avenida Luis María Campos y Avenida del Libertador, y su denominación hacía referencia a los cañaverales que bordeaban el arroyo Maldonado, un curso de agua que atravesaba la ciudad. Con el tiempo, el paisaje fue cambiando, pero la historia de esta área sigue viva en las calles y en las leyendas que aún perduran.

En sus comienzos, Las Cañitas fue parte de un extenso terreno agrícola que poco a poco fue urbanizado. El Camino de las Cañitas, que originalmente era un sendero que atravesaba la zona, fue el precursor de lo que hoy conocemos como Avenida Luis María Campos. Este cambio de nombre se oficializó en 1914 a través de una ordenanza municipal, marcando el inicio de una nueva etapa para el área.

Una Historia Ligada a la Federalización de Buenos Aires

Durante el mandato del presidente Nicolás Avellaneda, a fines del siglo XIX, Buenos Aires fue federalizada, consolidándose como la capital de la Nación. Las Cañitas, por su ubicación estratégica, fue uno de los límites de la ciudad en ese momento, siendo un punto de referencia en la expansión urbana de la metrópolis.

El siglo XX trajo consigo la subdivisión de la zona en lotes y la construcción de un complejo de monoblocks para las fuerzas armadas. Además, la cercanía con el Hipódromo de Palermo y el Campo Argentino de Polo favoreció el asentamiento de numerosos stud y corralones destinados a la cría y cuidado de caballos. El barrio, en ese entonces, no sólo era residencial, sino también un núcleo importante para la actividad ecuestre.

En 1937, la apertura de la Iglesia de Santa Adela marcó un hito en la urbanización de Las Cañitas. La población comenzó a crecer y con ello, el barrio fue adquiriendo un carácter más definido. Sus calles empedradas se poblaron de vecinos que, poco a poco, hicieron del barrio un lugar tranquilo y agradable para vivir.

El Resurgimiento de Las Cañitas

El apacible ritmo de vida que definía a Las Cañitas en la década del ’50 comenzó a transformarse a partir de los años ‘90, cuando el barrio experimentó un auge sin precedentes. Con la llegada de bares, restaurantes y discotecas, Las Cañitas se convirtió en el epicentro de la vida nocturna porteña. Lo que alguna vez fue una zona de monoblocks y residencias modestas, se transformó en un lugar codiciado por jóvenes empresarios, artistas y extranjeros.

La calle Báez, que hoy en día es sinónimo de gastronomía y entretenimiento, fue una de las principales arterias que lideró esta transformación. En la actualidad, este tramo concentra una gran cantidad de locales gastronómicos que ofrecen desde parrillas argentinas hasta cocina internacional de primer nivel, con una oferta que abarca platos árabes, japoneses, griegos y más. Además, muchos de estos locales se transforman en discotecas pasada la medianoche, convirtiendo a Las Cañitas en uno de los puntos más vibrantes de la ciudad.

El boom inmobiliario no tardó en llegar, y con él, los desarrolladores vieron el potencial de transformar el barrio en un enclave de alta gama. Imponentes edificios con vistas privilegiadas al Campo Argentino de Polo y con amenities de lujo, comenzaron a emerger, capturando la atención de quienes buscan residir en una de las zonas más exclusivas de la ciudad. El Solar de la Abadía, un pequeño centro comercial ubicado en Arce y Maure, es testimonio de esta transformación. Con su arquitectura inspirada en la antigua fábrica de hielo seco que alguna vez ocupó el lugar, este shopping es un punto de referencia para los residentes y turistas que buscan moda, gastronomía y diseño en un solo lugar.

El Legado Histórico de Las Cañitas

A pesar de la modernización, Las Cañitas conserva vestigios de su pasado. Entre sus calles aún se pueden encontrar referencias al Campo Argentino de Polo, que data de 1928, y al Hipódromo de Palermo, que se inauguró en 1876. Estos espacios no sólo son un símbolo de la historia ecuestre de la zona, sino también puntos de encuentro para eventos internacionales de polo que atraen a miles de personas cada año.

El legado histórico también se manifiestó en las canchas de fútbol que alguna vez ocuparon terrenos donde se encuentraba la Sastrería Militar y las caballerizas de Clay. Además, no debemos olvidar las norias a caballo que existían en las intersecciones de Báez y Matienzo y Migueletes, las cuales se utilizaban para extraer agua para riego.

En la actualidad, Las Cañitas ha sabido reinventarse, consolidándose como un barrio residencial de lujo. Los desarrolladores continúan apostando por la construcción de unidades más grandes y exclusivas, orientadas a familias que buscan un microclima urbano en medio del ajetreo de la ciudad. Las calles arboladas, la cercanía con los Bosques de Palermo y el acceso fácil al Río de la Plata hacen de este barrio un lugar único, donde la historia se mezcla con la modernidad y el estilo de vida contemporáneo.

El Presente y Futuro de Las Cañitas

Con la migración del circuito gastronómico hacia zonas como Palermo Soho y Palermo Hollywood, Las Cañitas se ha consolidado como un enclave residencial de alta gama. Sin embargo, su identidad barrial sigue intacta, con vecinos que valoran la tranquilidad y el encanto que ofrece este rincón de Buenos Aires.

Las Cañitas ha demostrado que no es sólo un barrio dentro de Palermo, sino un mundo en sí mismo, con su propia historia, sus leyendas y un presente que sigue evolucionando. Si algo queda claro es que Las Cañitas ha sido, es, y seguirá siendo, un punto obligado en el mapa de la ciudad, donde se conjugan la tradición, el lujo y la modernidad. Un barrio dentro del mundo Palermo, pero con una grandeza que le pertenece sólo a él.